Ruta en bicicleta entre el nacimiento del Río Ebro en Fontibre (Santander) y su desembocadura en Deltebre (Tarragona) + Regreso a Murcia
3ª Etapa – Día 14 de septiembre de 2023 – Polientes/Pesquera de Ebro (67,42 Km)
Arenillas de Ebro
Villota de Elines
San Martin de Elines
Orbaneja del Castillo
Escalada
Quintanilla-Escalada
San Felices del Rudrón
Covanera
Pesquera del Ebro
Alojamiento:
Hotel Rural el Arco
Datos de la etapa:
Km. Etapa: 67,42
Km. Total: 239,1
Tiempo en movimiento: 6:29 h
Tiempo total en movimiento: 19:55 h
Velocidad media: 13,1 km/h
Velocidad máxima: 42:7 km/h
Desnivel acumulado + 664 m
Desnivel acumulado – 725 m
Altitud máxima: 759 m
Altitud mínima: 636 m
Frecuencia cardiaca media: 117 ppm
Frecuencia cardiaca máxima: 147 ppm
Cadencia media: 61 rpm
Cadencia máxima: 105 rpm
Salgo pedaleando por la carretera CA-758 hasta llegar a San Martín de Elines. Esta localidad tiene dos zonas: el barrio alto, donde está la colegiata, y el barrio bajo. Hago algunas fotos de la colegiata y de un lavadero que hay muy cerca, y en el barrio de abajo documento otro lavadero. Tras pedalear unos metros más, me encuentro con unos pescadores furtivos. Uno de ellos había trabajado en Murcia durante 21 años. Estaban pescando cangrejos y me comentan que la multa por cada cangrejo capturado es de 50 €. Ellos tenían más de cien, calcula tú mismo el importe, ¡es impresionante!
Continúo la etapa junto al río Ebro hasta llegar a Villaescusa de Ebro. Aquí, veo otro lavadero y recorro la población. Después de callejear un poco, salgo por la carretera CA-275 para conectar con la BU-643 y llegar a Orbaneja del Castillo. Este es un pueblo muy turístico, así que recorro su casco antiguo y hago algunas fotos.
Sigo por la misma carretera hasta Escalada, donde también hago algunas fotografías y documento otro lavadero. Ahora, cambio de carretera y pedaleo por la N-623 hasta llegar a Quintanilla-Escalada. Recorro la población, hago algunas fotos y localizo otro lavadero.
Continuo por la N-623 hasta San Felices del Rudrón, aquí me siento un poco perdido y decido preguntar. Una señora me indica que voy en la dirección correcta. Después de rodar un par de kilómetros, llego a Covanera y vuelvo a preguntar, esta vez me dicen que voy en dirección contraria y que tengo que retroceder unos quince kilómetros. ¡Me cago en tó! Así que he tenido que despedalear todo el camino hasta Quintanilla-Escalada. En la gasolinera me recomiendan ir por la pista del GR99, que está justo en frente. Me dicen que son solo doce kilómetros hasta Pesquera de Ebro, muy relajados junto al río Ebro. Por carretera, serían muchos más kilómetros y con fuertes subidas.
Empiezo a pedalear por la pista del GR99. El camino es bastante ciclable, aunque hay algunos tramos con piedras sueltas y bancos de arena. Llego a una central eléctrica, donde el camino se acaba. A la derecha, hay un puente caído que impide el paso y en los alrededores no se ve forma de continuar. Justo detrás de la central, encuentro un camino muy estrecho con un cartel que prohíbe el paso debido a ser una zona de protección de avifauna.
No tengo más remedio que dar la vuelta y retroceder los seis kilómetros pedaleados hasta la gasolinera. El empleado de la gasolinera se queda sorprendido al verme. Le cuento lo sucedido y me dice que tenía que haber seguido por detrás de la central. Le vuelvo a preguntar por la carretera y me insiste en que es mucho mejor volver por la pista, ya que por carretera serían muchos más kilómetros y con fuertes subidas.
Es increíble, pero vuelvo a retomar el GR99, esta vez siguiendo por la parte trasera de la central eléctrica. Han sido doce kilómetros interminables y agotadores, incluso en varias ocasiones he tenido que bajarme de la bicicleta y empujarla.
Por fin llego a Pesquera de Ebro habiendo recorrido más de 67 kilómetros. Si todo hubiera ido bien, habría pedaleado solo 45 kilómetros. Esto significa que he rodado unos 22 kilómetros de más debido a los errores que he cometido.
Después de llegar más que agotado, decido detenerme para tomar un pequeño tentempié. Sin embargo, al ver la hora y lo cansado que estoy, decido dar por finalizada la etapa y alojarme aquí mismo, ya que el restaurante también funciona como hotel.
Una vez que me dan las llaves de la habitación, subo mi equipaje y dejo la bicicleta en un pequeño almacén. Ahora, toca organizar las alforjas, lavar la ropa y darme una ducha. Después de descansar un rato, salgo a visitar la población, aunque la verdad es que no hay mucho que ver. Lo más destacado es el Mirador del Cañón del Ebro, pero justo cuando estaba llegando, empieza a llover y tengo que dar la vuelta y regresar al hotel.
Una vez en la habitación, lo primero que hago es ponerme ropa seca y tender la mojada. Luego, bajo al restaurante y picoteo algo, lo suficiente como para darme por cenado. Ya más relajado, me preparo un café y saboreándolo, escribo estas notas.
Lo que debería ser un viaje de placer por momentos se atraganta por factores que unas veces sí y otras veces no podemos controlar. Vaya putxxx el tener que deshacer el camino una y otra vez. Espero que no se haya vuelto a repetir en el resto del viaje. El año pasado iba haciendo desde Molina de Segura con bici y remolque tu ruta del Camino de Santiago y como solo tenía 6 días tuve que finalizar en Toledo. Este año por un fallecimiento no pude continuarlo. A ver si este próximo año lo termino. Salud y pedal.
ResponderEliminarPor cierto, vaya joyita amarilla en Escalada, ese que decían que era el coche de la gente encantadora: Citroën Dyanne 6. En casa tuvimos uno que disfrutamos muchísimos años.
ResponderEliminarHola, Alfonso
EliminarEn efecto, es una constante en los caminos tener que retroceder debido a errores o información errónea, pero así es como funciona. En esta ruta he experimentado más de una etapa con historias de este tipo, pero forman parte inherente del propio viaje. Espero que pronto puedas completar el Camino de Santiago. Y en cuanto a lo del Dianne 6, me resultó bastante divertido encontrármelo.
Gracias por tu comentario y por seguir el blog
¡Salud y pedal!
Juan