Poblaciones por las que paso:
Ferreira do Alentejo
Ajustrel
Castro Verde
Almodôvar
Datos de la etapa:
Km. Etapa: 102,52
Km. Total: 678,27
Tiempo en movimiento: 6 h 26 m
Tiempo total etapa: 8 h 01 m
Velocidad media: 16,4 km/h
Velocidad máxima: 40 km/h
Desnivel acumulado + 744
Desnivel acumulado – 551
Altitud máxima: 314 m
Altitud mínima: 55 m
Frecuencia cardiaca media: 102 bpm
Frecuencia cardiaca máxima: 132 bpm
Cadencia media: 64 rpm
Cadencia máxima: 106 rpm
La noche ha sido horrorosa. Me he despertado en varias ocasiones hasta que, a las 6:30 h, he decidido levantarme. Como cada día, organizo el equipaje: todo preparado, desayuno, saco la bici, la cargo y me despido del alojamiento.
Empiezo a pedalear. Hoy la etapa es en continua subida, aunque, como casi siempre, no me libro de los sube y baja. En el camino hago unas fotos de una chimenea echando humo y del paisaje, con una cantidad impresionante de plantaciones de olivos que me recuerda a la zona de Jaén.
Antes de llegar a Ferreira do Alentejo, me da alcance un ciclista que me reconoce: dice que vio una foto mía en Instagram publicada por los del alojamiento “Retiro da Devesa”, en Pedrógão Grande. Resulta que también coincidimos anoche en el mismo alojamiento, aunque no llegamos a vernos, pero sí vimos las bicis. Seguimos pedaleando juntos hasta Ferreira do Alentejo.
Aquí, nos acercamos a los bomberos para que nos sellen el pasaporte. Luego él va a comprar algo a un supermercado, y yo pregunto si hay algún lavadero. Me informan, lo localizo, hago unas fotos y lo documento.
Salgo de Ferreira y vuelvo a pedalear en solitario. Tras recorrer unos treinta kilómetros, llego a Aljustrel. Recorro la población, hago alguna foto y salgo callejeando.
Sigo con la etapa. Ahora las subidas son algo más importantes hasta llegar a Castro Verde. Aquí paro para sellar el pasaporte, visitar la población y tomar un tentempié. Decido no quedarme, ya que aún es temprano, y seguir hasta Almodôvar, con tiempo de sobra para llegar antes de las cuatro.
Salgo de Castro Verde rumbo a Almodôvar. El camino sigue siendo de subida, aunque suave. Paso por Rosário, una pequeña población que cruzo sin bajar de la bici. Tras unos doce kilómetros más, llego a Almodôvar.
Ya en Almodôvar, busco la oficina de turismo, pero en su lugar encuentro el Museu da Escrita do Sudoeste. Aquí me sellan el pasaporte y me informan sobre qué ver en la población, incluido un lavadero. También me recomiendan un alojamiento cercano al museo. Agradezco la información y la amabilidad con la que me atienden.
En el alojamiento, veo que hay que llamar por teléfono para que abran. Llamo, me atienden enseguida, y después de hacer el check-in ocupo la habitación. Lo de siempre: una buena ducha, lavar algo de ropa y un rato de descanso.
Tras el merecido descanso, salgo a visitar la población. Lo primero es buscar el lavadero para documentarlo. Después, paseo por la ciudad viendo lo más representativo. Camino hacia un restaurante para cenar y alguien me comenta que en el barrio de San Pedro hay otro lavadero. Me acerco y hago unas fotos.
Ceno en un restaurante muy cercano al alojamiento. Después de comerme hasta las últimas migas de pan, pido la cuenta y un café para llevar.
Ya de vuelta, descubro que en el alojamiento hay café e infusiones para consumo de los huéspedes. Ahora más relajado, me tomo el café mientras escribo estas notas.
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