jueves, 13 de octubre de 2011

BiciPoemas: Muy lejos

 MUY LEJOS
Unas mujeres, tristes y pintadas,
sonreían a todas las carteras,
y ellos, analfabetos v magnánimos,
las miraban por dentro, hacia las medias.

Oh cuánta sed, cuánto mendigo en faldas
de soledad. Ciudad llena de iglesias
y casas públicas, donde el hombre es harto
y el hambre se reparte a manos llenas. 

Bendecida ciudad llena de manchas,
plagada de adulterios e indulgencias;
ciudad donde las almas son de barro
y el barro embarra todas las estrellas. 

Laboriosa ciudad, salmo de fábricas
donde el hombre maldice, mientras rezan
los presidentes de Consejo.- oh altos
hornos, infiernos hondos en la niebla. 

Las tres y cinco de la madrugada.
Puertas, puertas y puertas. Y más puertas.
Junto al Nervión un hombre está meando.
Pasan dos guardias en sus bicicletas.

Y voy mirando escaparates. Paca
y Luz. Hijos de tal. Medias de seda. 

Devocionarios. Más devocionarios.
Libros de misa. Tules. Velos. Velas. 

Y novenitas de la Inmaculada.
Arriba, es el jolgorio de las piernas
trenzadas. Oh ese barrio del escándalo...
Pero duermen tranquilas las doncellas. 

Y voy silbando por la calle. Nada
me importas tú, ciudad donde naciera.
Ciudad donde, muy lejos, muy lejano,
se escucha el mar, la mar de Dios, inmensa. 

            (Blas de Otero, del libro En Castellano,ediciones de la
                Universidad de México, 1950)

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