11ª Etapa – Día 22 de septiembre de 2023 – Mequinenza/El Pinell de Brai (96,02 Km)
Poblaciones por las que paso:
Riba-roja d’Ebre
Mora d’Ebre
Benifallet
Miravet
El Pinell de Brai
Datos de la etapa:
Km. Etapa: 96,02
Km. Total: 933,8
Tiempo en movimiento: 8:08 h
Tiempo total en movimiento: 73,44 h
Velocidad media: 12,7 km/h
Velocidad máxima: 43,7 km/h
Desnivel acumulado + 1.119 m
Desnivel acumulado – 1.044 m
Altitud máxima: 401 m
Altitud mínima: 22 m
Frecuencia cardiaca media: 108 ppm
Frecuencia cardiaca máxima: 142 ppm
Cadencia media: 61 rpm
Cadencia máxima: 105 rpm
Hoy como cada mañana, me levanto antes de que suene el despertador. Desayuno y organizo el equipaje, le cambio la pila y la goma de sujeción de la cadencia y pulsómetro, pues han estado dando lecturas erróneas
A las 8:00 h salgo pedaleando por la carretera A-2414, cruzando el puente sobre el embalse de Riba-roja. Voy siguiendo la ruta marcada por el GPS, aunque bien podría haberme llevado por otro camino; aquí me encuentro con un puerto con repechos muy fuertes.
Una vez he coronado el puerto (al menos, eso creo), llego a una zona donde un hombre me para y me dice que esta zona es propiedad privada y que tengo que dar la vuelta y regresar por donde he venido. Le digo que no tiene sentido volver después de haber subido hasta aquí y, tras una breve discusión, finalmente me permite continuar.
Continúo por ese camino hasta dar con una barrera que impide el paso, tengo que desmontar las alforjas para poder pasar por debajo. Una vez en el otro lado, vuelvo a colocarlas y sigo pedaleando. Tras algunos kilómetros, pierdo la señal del GPS y de internet.
Después de pedalear unos cuantos kilómetros, intuyo que voy en la dirección contraria y decido regresar hasta un punto donde el camino formaba un extraño cruce. Aquí, encuentro la señal del GR99 muy escondida.
A partir de ahora, me toca seguir las señales del GR, ya que ni el GPS ni internet funcionan. Como podréis imaginar, voy por unas pistas, a veces cubiertas de piedras sueltas, otras de arena e incluso tramos en los que tengo que bajarme de la bicicleta y empujarla.
Finalmente, y después de más de 20 kilómetros pedaleando por unos caminos alejados de todo y en un completo aislamiento, alcanzo una carretera asfaltada, no tengo ni idea de hacia dónde seguir, si a la derecha o a la izquierda y como alguien me recomendó una vez: ante la duda, siempre a la izquierda.
Después de rodar unos pocos kilómetros, llego a una rotonda donde no hay ninguna indicación. Me detengo y trato de usar el GPS, pero no me proporciona ninguna dirección a seguir.
En ese momento, veo un tractor que se aproxima hacia donde yo estoy y le pregunto. Me indica que lo mejor que puedo hacer es seguir recto y que, después de una subida empinada a un par de kilómetros, preste mucha atención, ya que hay un cartel señalando un pequeño camino que conduce a Riba-roja, me separan 22 kilómetros.
Efectivamente, encuentro el camino, pero es de tierra, piedras y arena, un auténtico desastre. Aun así, continúo pedaleando con la esperanza de llegar de una vez a Riba-roja. Finalmente, llego a una carretera asfaltada, esto me da buenas vibraciones, pienso que ya estoy muy cerca.
¡Sí! ¡Lo logré! Ya estoy en Riba-roja, después de más de 40 kilómetros recorridos por senderos intransitables, pero donde sí que he podido disfrutar de un magnífico paisaje.
Lo primero que he hecho al llegar a Riba-roja ha sido parar a tomar un tentempié. Desde esta mañana, cuando tomé un café con leche y un par de yogures, no había comido nada. Incluso el agua la llevaba racionada. Recorro la población y hago algunas fotos, además de documentar un lavadero.
Sigo la etapa pedaleando por la carretera C-12. Me separan unos veinte y pico de kilómetros de Mora de Ebro. Lo bueno es que la carretera está en buenas condiciones, con su asfalto y todo. Una vez en Mora de Ebro, recorro la población, hago algunas fotos y aprovecho para hacer algunas compras en un supermercado.
Salgo rodando por la carretera T-324 y tras recorrer unos 4 kilómetros llego a Benissanet. Recorro la población prácticamente sin bajarme de la bicicleta, ya que no he visto nada que me llame la atención.
Continúo la etapa por la carretera T-324 y después de pedalear unos seis kilómetros, llego a Miravet. Lo primero que hago es buscar alojamiento, pero hasta el momento no he encontrado nada.
He hablado con un montón de personas para ver si podían indicarme algún alojamiento, pero no he tenido éxito. Me comentan que para seguir es mejor y más rápido ir al río y cruzarlo en barca, pero con la mala suerte de qué debido al viento, el barquero no puede cruzar.
Tras todo este lío, decido continuar con dirección a Benifallet, donde me dicen que quizás encuentre alojamiento, aunque primero debería echar un vistazo en El Pinell de Brai. Bueno, pues salgo de Miravet por la misma carretera que había venido, la T-324.
Después de más de 13 kilómetros de fuertes repechos, llego a El Pinell de Brai. En el primer bar que encuentro, pregunto por un lugar para alojarme y me indican el Hostal Ángel. Lo localizo y finalmente, encuentro alojamiento, poniendo fin a la etapa de hoy.
Ya en la habitación, realizo la rutina de todos los días: lavar la ropa, ducharme y descansar unos minutos. Ahora más relajado, salgo a visitar la población, hago algunas fotos y documento otro lavadero. Después, aprovecho para cenar.
De nuevo en la habitación, preparo un buen café y mientras me lo tomo, escribo estas notas.
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