5ª Etapa – 11 de junio de 2021 – Mota del Cuervo – Tembleque (86,60km)
Poblaciones por las que paso:
El Toboso
Quintanar de la Orden
Puebla de Almoradiel
Villa de Don Fadrique
Villacañas
Tembleque
Alojamiento:
Casa Rural Balcón de la Mancha
Datos de la etapa:
Km. etapa: 86,6
Km. total: 423,56
Tiempo en movimiento: 7h 14m
Velocidad media: 15,4km/h
Velocidad máxima: 34,9km/h
Desnivel acumulado + 158 m
Desnivel acumulado – 194 m
Altitud máxima: 761 m
Altitud mínima: 682 m
Frecuencia cardiaca media: 113ppm
Frecuencia cardiaca máxima: 147ppm
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Sobre las 7:00h empezamos a organizar las alforjas y demás cachivaches, salimos a desayunar y de regreso recogemos la ropa que lavaron ayer, la colocamos en su lugar correspondiente y entregamos la llave.
A las 8:15h empezamos la etapa con un lío tremendo, los primeros metros los hacemos siguiendo las flechas amarillas hasta que dejamos de verlas, no obstante, transcurrido unos diez kilómetros llegamos a El Toboso.
En El Toboso visitamos la población y mientras abren la Casa Museo de Dulcinea hacemos algunas fotos y una vez abierta la casa Museo entramos a visitarla. Ahora recordamos que ya estuvimos aquí cuando hicimos la Ruta del Quijote.
Continuamos pedaleando, ahora por la carretera CM 3103, pasamos rozando el Chozo Gallarte y un par de kilómetros más entramos en Quintanar de la Orden, aquí paramos un rato para tomar un tentempié y visitar la población.
Salimos de la población siguiendo las flechas amarillas, son solo siete kilómetros los que nos separan de Puebla de Almoradiel, pero es mediodía y el calor nos está destrozando.
Ya en Puebla de Almoradiel visitamos la población y paramos en un parque a la sombra a reponer fuerzas, hemos tomado la costumbre de descansar a la sombra en todas las poblaciones, incluso entre ellas.
Seguimos tras las flechas amarillas y como en el tramo anterior lo hacemos bajo un sol tremendo. Pasamos junto al Molino del Zurrón, para después de unos pocos kilómetros entrar en Villa de Don Fadrique.
Aquí recorremos la población y hacemos unas fotos, pero lo más importante es buscar un sitio con sombra donde descansar, lo encontramos junto al Ayuntamiento y la Iglesia, ya sentados y más relajados vemos la posibilidad de alojarnos aquí.
Entro en el ayuntamiento para preguntar por el albergue de peregrinos y me dicen que por el covid está cerrado. Otra posibilidad que tenemos es llamar a Villacañas, que tienen acogida en la parroquia, pero también me dicen que no acogen a peregrinos por el covid, que lo mejor es ir a Tembleque.
Después de descansar un buen rato salimos siguiendo las flechas amarillas hasta que Pedro dice que está cansado de seguir por el camino con el calor que hace, razón no le falta, ahora pedaleamos por la carretera CM 410 hasta que entramos en Villacañas, aquí paramos un rato a descansar, nos refrescamos y tomamos unas cervezas.
Los casi veinte kilómetros que nos quedan para llegar a Tembleque se convierten en un infierno, el sol es abrasador y Pedro y yo nos resentimos, tenemos que hacer varias paradas para descansar, a veces buscando la sombra de un minúsculo árbol.
Por fin llegamos a Tembleque, aquí no hay albergue ni acogida de peregrinos, pero si hay varios alojamientos. Nada más llegar me dirijo a la oficina de turismo y pregunto por los alojamientos, me dicen que hay varios y me recomiendan uno, nos acercamos y vemos que es una casa rural con un bar. De entrada, nos pedimos unas cervezas bien frías y después hablamos de alojarnos, llaman a la señora que se encarga del alojamiento y nos quedamos en un apartamento que realmente está muy bien y económico.
Una vez en nuestro apartamento organizamos los cachivaches y nos damos una ducha, después salimos a visitar la población, pero tenemos que salir corriendo pues ha empezado a llover a mares, de vuelta en el apartamento nos preparamos la cena y con esta quedan inauguradas las “Grandes Cenas”.
Después de la cena hablamos con otro ciclista que hay en el apartamento de al lado, este está haciendo otras rutas por la zona, después de hablar durante mucho rato nos despedimos.
Ya más relajado y aunque muy tarde me preparo un café y saboreándolo escribo estas notas.
Casa de la Torrecilla. Villa de Don Fadrique
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